Desigualdades en la educación secundaria en Bahía Blanca durante la pandemia
Las formas de afrontar la educación a distancia durante la etapa de confinamiento de 2020, tuvo distintos resultados vinculados a las posibilidades de las escuelas, los y las docentes y sus estudiantes. Así lo muestra un análisis realizado por profesionales del Conicet Bahía Blanca y la Universidad Nacional del Sur.
El artículo publicado en la revista Márgenes de la Universidad de Málaga, analiza las consecuencias educativas de la pandemia Covid-19 en la educación secundaria en Bahía Blanca y los efectos que generó la segregación educativa en los docentes y el alumnado en este contexto.
“Se buscó indagar acerca de los recursos tecnológicos de los estudiantes, la preparación de los docentes, las dificultades económicas de las familias y el abandono estudiantil”, explica Mariano Anderete Schwal, autor de la publicación e integrante del equipo de investigación “Equidad educativa: Segmentación escolar en la localidad de Bahía Blanca” que realizó el estudio.
El trabajo aborda lo sucedido durante el primer año de pandemia y se basa en testimonios de dieciséis directivos de colegios de la ciudad, tanto públicos como privados, con distintas modalidades y ubicados geográficamente en diferentes zonas.
Los resultados de la investigación dan cuenta de un aumento de la desigualdad educativa a partir del confinamiento por Covid-19. La puesta en práctica de la educación a distancia, evidenció una brecha digital derivada de la desigualdad socio económica entre estudiantes de distintos tipos de escuelas.
En relación a los recursos tecnológicos, las posibilidades de acceso de los alumnos y la existencia de plataformas propias o no en cada institución, fueron determinantes durante el año 2020. “Las escuelas de la periferia buscaron de muchas maneras lograr la continuidad pedagógica, lo más utilizado fue la aplicación WhatsApp, ya que la mayoría de los chicos no tiene acceso a una computadora”, relató Anderete y añadió, “en ocasiones no contaban con datos móviles entonces la alternativa era retirar fotocopias el día de la entrega de bolsones de comida”.
La situación en los establecimientos de gestión privada y preuniversitarios no mostró mayores dificultades, al contar con plataformas propias, incluso desde antes de la pandemia, y al tener la mayoría del alumnado acceso a Internet. En tanto en escuelas subvencionadas o públicas ubicadas en el centro y en barrios de clase media, donde la comunidad asistente es socialmente heterogénea, la diferencia con las privadas estuvo sobre todo en que se optó por las clases asincrónicas, según indica el trabajo que dirige la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS –CONICET –UNS), María Marta Formichella.
Las conclusiones del análisis refieren también a la preparación de los y las profesoras y describen la existencia de una diferencia generacional entre docentes más jóvenes —que dominan el uso de internet— y quienes se encuentran próximos a jubilarse, que presentaron mayores resistencias al no haber utilizado habitualmente una computadora como herramienta de trabajo.
Otros de los aspectos señalados son las dificultades económicas y el abandono escolar, las autoridades de las escuelas ubicadas en sectores más pobres reconocen los problemas económicos que debieron y aún deben atravesar las familias, como determinantes al momento de medir la respuesta educativa de sus estudiantes. En este sentido, Anderete Schwal dice: “esto hace injusta su comparación con aquellos que provienen de sectores de clase media o alta, quienes tienen un porcentaje de egreso considerablemente mayor”.
Sobre el abandono estudiantil, se concluyó que se dio en mayor proporción en colegios públicos y se vincula con las necesidades económicas derivadas de la pandemia, que hizo que chicos que cursaban los últimos años debieran salir a trabajar para ayudar a sus familias. “Aunque de las entrevistas derivamos que la continuidad pedagógica también se vio afectada por el desánimo que generó esta situación desfavorable educativamente, que se prolongó durante todo el año escolar”, finalizó el autor del artículo.
Participaron en la investigación: Dra. María Marta Formichella – IIESS (UNS-CONICET), Investigadora adjunta CONICET Dra. Natalia Krüger – IIESS (UNS-CONICET), investigadora adjunta CONICET Dra. Valentina Viego – UNS Mg. Mariano Anderete Schwal – CERZOS (UNS-CONICET), UNS Lic. Valentina Segurado – UNS, UTN Esp. Jerónimo Escudero – UNS Lic. Daniela Llera – UNS Lic. Natalia Bonino – UNS Mg. Brenda Sánchez – UTDT |