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Suelo: el desafío de su conservación para las generaciones futuras

Un especialista del CONICET resalta la importancia de un recurso vital, muchas veces olvidado

El 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo, una fecha establecida en 2014 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para reflexionar sobre la importancia de un suelo sano y abogar por su gestión sostenible. En este 2023 el lema de la conmemoración es: El suelo y el agua, fuente de vida, consigna que busca reflejar la estrecha relación entre el suelo, el agua y la vida en general.

Según la ONU, más del 95% de nuestros alimentos proviene del suelo y el agua, y el vínculo entre estos dos recursos es fundamental para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes. La gestión sostenible de estos elementos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria, la sustentabilidad de los ecosistemas, su biodiversidad, y el bienestar humano. Este enfoque guía las investigaciones del Grupo de Propiedades edáficas, productividad y ambiente, del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS, CONICET-UNS).

Juan Manuel Martínez, investigador del CONICET especializado en fertilidad del suelo y producción sostenible de cultivos, expresa: “Nuestras investigaciones se centran en la evaluación global de diversas prácticas de manejo agropecuarias y sus efectos sobre las propiedades químicas, físicas y biológicas del suelo en la región del sudoeste bonaerense”.

El especialista explica que cuantificar y comprender detalladamente los cambios en estas propiedades permite identificar las más sensibles y utilizarlas como indicadores de calidad o salud, generando herramientas para mitigar la degradación del recurso y proponer estrategias que promuevan la productividad y la eficiencia dentro de prácticas ambientales amigables.

La preservación y gestión sostenible del suelo y el agua se enfrenta a diversos desafíos como la degradación del suelo por prácticas inadecuadas, la contaminación del agua debida al uso de productos químicos, los desechos industriales y domésticos, así como el cambio climático que afecta la disponibilidad y la distribución de agua, lo que aumenta la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, impactando negativamente en la gestión de estos recursos.

En relación a estas problemáticas, Martínez subraya: “Abordar estos desafíos requiere enfoques integrados, políticas y tecnologías sostenibles y la colaboración entre diferentes actores de la sociedad. La ciencia debe dirigirse hacia el uso eficiente de los recursos productivos, lo que contribuirá en el mediano y largo plazo a la salud del suelo. En este sentido, la colaboración entre científicos, productores y gobiernos es esencial para que los avances puedan implementarse de manera efectiva en la práctica agrícola”

El doctor en Agronomía explica que actualmente se están investigando formas innovadoras como la revalorización de residuos orgánicos agroindustriales biotransformados y su efecto como enmiendas orgánicas aplicadas al suelo y a la producción de cultivos, para mitigar la degradación del recurso suelo y aumentar la captación del agua. Además, destaca otras herramientas como la Agricultura Regenerativa con la incorporación de rutinas como la rotación de cultivos, secuencias, cultivo de servicio, siembra directa y reducción del uso de productos químicos, la gestión de nutrientes, el secuestro de carbono y la aplicación de tecnologías como sensores remotos, drones y sistemas de información geográfica, permitiendo un monitoreo más preciso de la salud del suelo.

“Según Manuel Belgrano: “toda riqueza que no tiene su origen en el suelo es incierta”. Ya por aquella época se vislumbraba la importancia de este recurso, a menudo olvidado, cuya conservación y manejo sostenible se presentan como un desafío para las generaciones venideras fundamental para garantizar el futuro de la vida humana”, concluyo con énfasis el investigador.